Fue el "sastre que avanzó hasta convertirse en científico" y se distinguió por su sentido distintivo y pictórico. Sus mapas, extraordinariamente hábiles y detallados, sirvieron de base para la elaboración de mapamundis hasta mediados del siglo XVIII y convirtieron a John Speed en uno de los cartógrafos ingleses más famosos de la primera época moderna. Gracias a su pertenencia a un gremio de sastres, John Speed se introdujo en círculos cultos donde su intelecto era reconocido y apreciado: con la ayuda de sus mecenas, recibió una beca que le permitió dejar la sastrería y dedicarse a su pasión: Cartografía. La propia Reina le proporcionó una habitación en la Aduana de Londres para este trabajo y consideró sus obras con gran interés.
Speed dibujó mapas históricos de la invasión de Inglaterra e Irlanda y representaciones de la Edad Media inglesa y de la época. Con un atlas llamado The Theatre of the Empire of Great Britaine, publicó en 1611 una colección de mapas de los condados de Inglaterra, Gales e Irlanda y un mapa general de Escocia. Para ello, ha analizado grandes cantidades de datos procedentes de estudios del paisaje y ha traducido los resultados en elaborados mapas. Aunque él mismo realizó el levantamiento de los paisajes, le suministraron la mayor parte de los datos para sus mapas. Mediante una carta pidió ayuda a Sir Robert Cotton para obtener la información. Uno de sus hijos también le ayudó en este sentido obteniendo encuestas de las comunidades inglesas. Muchas ciudades británicas fueron representadas visualmente por primera vez, convirtiendo los mapas de Speed en una fuente indispensable para los historiadores. Sin embargo, las representaciones de Speed no eran en absoluto objetivas. Sus convicciones ideológicas fluyen en su obra. Por ejemplo, representó a Jaime I como el unificador de las Islas Británicas. Como cristiano convencido, publicó un mapa de la Canaán bíblica en 1595 y en 1611 publicó unas genealogías bíblicas que supuestamente representaban la línea ancestral desde Adán hasta la Virgen María.
Speed grabó sus mapas e imágenes en placas de cobre. No es un trabajo fácil, teniendo en cuenta que todos los motivos y las letras tenían que ser imágenes especulares y estar colocadas con precisión. Se reprodujeron mediante impresión y luego se colorearon. El resultado fueron impresiones de la más alta calidad artesanal y de atractiva estética. Sus representaciones de escenas históricas y contemporáneas y de la vestimenta de la sociedad británica fueron también muy populares y constituyeron piezas decorativas muy apreciadas en los hogares británicos. Sin embargo, el trabajo de Speed no se limitó a las Islas Británicas y a los motivos cristianos; también cartografió las Islas del Canal, Polonia y América. Poco antes de su muerte, fue el primer inglés en publicar un atlas mundial titulado A Prospect of the Most Famous Parts of the World. Por 40 chelines, los contemporáneos adinerados podían adquirir este atlas, que aún hoy se encuentra en muchas bibliotecas privadas.
Fue el "sastre que avanzó hasta convertirse en científico" y se distinguió por su sentido distintivo y pictórico. Sus mapas, extraordinariamente hábiles y detallados, sirvieron de base para la elaboración de mapamundis hasta mediados del siglo XVIII y convirtieron a John Speed en uno de los cartógrafos ingleses más famosos de la primera época moderna. Gracias a su pertenencia a un gremio de sastres, John Speed se introdujo en círculos cultos donde su intelecto era reconocido y apreciado: con la ayuda de sus mecenas, recibió una beca que le permitió dejar la sastrería y dedicarse a su pasión: Cartografía. La propia Reina le proporcionó una habitación en la Aduana de Londres para este trabajo y consideró sus obras con gran interés.
Speed dibujó mapas históricos de la invasión de Inglaterra e Irlanda y representaciones de la Edad Media inglesa y de la época. Con un atlas llamado The Theatre of the Empire of Great Britaine, publicó en 1611 una colección de mapas de los condados de Inglaterra, Gales e Irlanda y un mapa general de Escocia. Para ello, ha analizado grandes cantidades de datos procedentes de estudios del paisaje y ha traducido los resultados en elaborados mapas. Aunque él mismo realizó el levantamiento de los paisajes, le suministraron la mayor parte de los datos para sus mapas. Mediante una carta pidió ayuda a Sir Robert Cotton para obtener la información. Uno de sus hijos también le ayudó en este sentido obteniendo encuestas de las comunidades inglesas. Muchas ciudades británicas fueron representadas visualmente por primera vez, convirtiendo los mapas de Speed en una fuente indispensable para los historiadores. Sin embargo, las representaciones de Speed no eran en absoluto objetivas. Sus convicciones ideológicas fluyen en su obra. Por ejemplo, representó a Jaime I como el unificador de las Islas Británicas. Como cristiano convencido, publicó un mapa de la Canaán bíblica en 1595 y en 1611 publicó unas genealogías bíblicas que supuestamente representaban la línea ancestral desde Adán hasta la Virgen María.
Speed grabó sus mapas e imágenes en placas de cobre. No es un trabajo fácil, teniendo en cuenta que todos los motivos y las letras tenían que ser imágenes especulares y estar colocadas con precisión. Se reprodujeron mediante impresión y luego se colorearon. El resultado fueron impresiones de la más alta calidad artesanal y de atractiva estética. Sus representaciones de escenas históricas y contemporáneas y de la vestimenta de la sociedad británica fueron también muy populares y constituyeron piezas decorativas muy apreciadas en los hogares británicos. Sin embargo, el trabajo de Speed no se limitó a las Islas Británicas y a los motivos cristianos; también cartografió las Islas del Canal, Polonia y América. Poco antes de su muerte, fue el primer inglés en publicar un atlas mundial titulado A Prospect of the Most Famous Parts of the World. Por 40 chelines, los contemporáneos adinerados podían adquirir este atlas, que aún hoy se encuentra en muchas bibliotecas privadas.
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